Hace décadas que en Uruguay no hay una regulación sobre las tragamonedas físicas fuera de los casinos nacionales. Es muy común en algunos comercios y bares en Montevideo y todo el país ver una tragamonedas o varios tragamonedas en los establecimientos.
La no regulación de estas máquinas hace que la apuesta y los resultados este a discreción entre ambas partes sin ningún tipo de legalidad que protege tanto al apostador como el dueño de dichas máquinas.
Igual, aunque no haya una regulación oficial existe un gremio de propietarios que pagan impuestos al Banco de Previsión Social. Ahora el senador del Partido Nacional Sergio Botana presentó un proyecto de ley para regular la actividad de las tragamonedas de una vez por todas.
El proyecto de ley propone autorizar la explotación comercial de las tragamonedas que están en cantinas, pubs, salones, bares, restaurantes y hoteles de hasta tres estrellas. Solamente se autorizará como operadores a personas físicas titulares de las máquinas que estén inscriptas en el Banco de Previsión Social (BPS) y la Dirección General Impositiva (DGI).
El proyecto quiere impulsar la creación de un registro de operadores y fabricantes de máquinas electrónicas autorizados y de contratos de explotación. Todo caería en la Dirección General del Registro del Ministerio de Educación y Cultura.
Las tragamonedas deberían tener números de identificación y los operadores deberían registrarse como empresas para poder pagar y declarar los impuestos correspondientes que serían 15% sobre la ganancia de la máquina.
El proyecto de ley propone autorizar una máxima de 25.000 tragamonedas en todo el país, con un mínimo de 50 a máximo de 500 para cada operador autorizado.