Sus Probabilidades Tramposas: bet365 Sancionado con Medio Millón de Dólares

En un paso en fal­so poco común, el pio­nero de iGam­ing bet365, la empre­sa de apues­tas pri­va­da más rica del mun­do, ha sido san­ciona­da con 519.000 dólares (407.834 libras) por un reg­u­lador esta­dounidense por esta­far a los apos­tantes y por una grave vio­lación de los pro­to­co­los de apues­tas.

La san­ción económi­ca ha sido impues­ta por la División de Con­trol de Juego de Nue­va Jer­sey (DGE) después de des­cubrir que bet365, de ori­gen británi­co y con sede en Stoke-on-Trent, había insti­ga­do doce cam­bios de cuo­tas entre el 25 de diciem­bre de 2020 y el 18 de noviem­bre de 2022 sin la aprobación legal de la DGE.

Propiedad de la mul­ti­mil­lonar­ia Denise Coates, la mujer más rica del Reino Unido, bet365 ha sido cas­ti­ga­da por pagar menos en un total de 199 apues­tas ganado­ras en 13 even­tos deportivos, según fue detec­ta­do por la autori­dad reg­u­lado­ra de Nue­va Jer­sey.

Inusual­mente, bet365 debe pagar la mul­ta a los apos­tantes, y no al reg­u­lador, ha deter­mi­na­do la DGE.

La may­oría de los 27 de los 50 esta­dos de EE. UU. donde las apues­tas deporti­vas en línea son actual­mente legales no exi­gen que los oper­adores obten­gan aprobación antes de cam­biar las cuo­tas.

Pero la ley de juego en Nue­va Jer­sey, pre­cur­so­ra y primera en adop­tar apues­tas deporti­vas dig­i­tales jun­to con Neva­da, tras la dero­gación de PASPA en 2018, es mar­cada­mente difer­ente.

A difer­en­cia de los líderes actuales de la casa de apues­tas en línea, Fan­Du­el, DraftK­ings y Bet­MGM vocif­er­antes, bet365 ha esta­do operan­do un pro­gra­ma de expan­sión dis­cre­to en EE. UU. des­de su primer lan­za­mien­to en Nue­va Jer­sey, ¿dónde más?, a prin­ci­p­ios de 2019.

Soft­ware Defec­tu­oso

Aho­ra se encuen­tra entre los cin­co prin­ci­pales jugadores, por ingre­sos, en el lla­ma­do esta­do Jardín, y está acti­vo en otros nueve: el más reciente Car­oli­na del Norte, en mar­zo de este año; sigu­ien­do a Ari­zona, Col­orado, Iowa, Indi­ana, Ken­tucky, Luisiana, Ohio y Vir­ginia.

Volvien­do a la cor­ri­ente dis­pu­ta, según la DGE de Nue­va Jer­sey, bet365 cam­bió las cuo­tas en los 13 even­tos deportivos después de que se pub­licaran.

“Este tipo de vio­la­ciones múlti­ples y graves no pueden tol­er­arse en el sis­tema reg­u­lador de jue­gos de Nue­va Jer­sey”, acusó la Direc­to­ra Inte­ri­na de la DGE, Mary Jo Fla­her­ty.

“Estas impactan neg­a­ti­va­mente en las capaci­dades com­er­ciales y la expe­ri­en­cia en el casi­no de bet365 y evi­den­cian un com­por­tamien­to inad­mis­i­ble en el tra­to con las reg­u­la­ciones, con un impacto adver­so sig­ni­fica­ti­vo en los clientes.

“[Ellos] no lograron, en ningu­na instan­cia, recono­cer que, aunque las reglas inter­nas de bet365 fueron aprobadas por la división, fue con una declaración expre­sa y la adver­ten­cia de que bet365 tenía pro­hibido anu­lar cualquier apues­ta sin aprobación pre­via de la división”.

Apun­tan­do a una causa prob­a­ble de los errores, la DGE argu­men­tó que bet365 posi­ble­mente esta­ba uti­lizan­do soft­ware defec­tu­oso en su platafor­ma oper­a­ti­va.

“El fal­lo del soft­ware inter­no de bet365, jun­to con sus errores de nego­ciación man­u­al, causaron que su sis­tema fuera inca­paz de garan­ti­zar la pre­cisión de sus trans­mi­siones de datos”, alegó Fla­her­ty.

“Estos fal­los son prob­lemáti­cos tan­to para la capaci­dad de bet365 para con­ducir jue­gos en línea como para la inte­gri­dad y fia­bil­i­dad de sus sis­temas oper­a­tivos y por lo tan­to ina­cept­a­bles ya que resul­taron en infor­ma­ción de apues­tas engañosa en la que con­fi­aron sus clientes y final­mente lle­varon a pagos incor­rec­tos para numerosos clientes”.

Dec­li­nan­do elab­o­rar sobre el prob­le­ma de Nue­va Jer­sey, un por­tavoz de bet365 sim­ple­mente afir­mó que las cuo­tas orig­i­nales se pub­li­caron por un “error obvio”.

Un argu­men­to rec­haz­a­do por la DGE, quien advir­tió a bet365, y a todos los recién lle­ga­dos, con­tra cualquier vio­lación adi­cional que pue­da ser inter­pre­ta­da, sim­ple­mente, como esta­far a los apos­tantes.

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