El creciente mercado de apuestas deportivas de Brasil hasta ahora sólo ha visto un ejemplo importante de fusiones y adquisiciones (M&A) posibles, cuando Flutter compró una participación mayoritaria en NSX Group, propietario de BetNacional, en septiembre.
Según fuentes de la industria consultadas por iGamingFuturo en ICE 2025 en Barcelona, Flutter invirtió 700 millones de dólares en lo que eventualmente se convertirá en Flutter Brasil una vez que se hayan otorgado las licencias del caso.
Entonces, ¿por qué el atractivo mercado brasileño, que ya se dice es el quinto del mundo, no ha atraído más inversiones?
La industria del iGaming de Brasil, que fue completamente regulada a partir del 1 de enero de este año, todavía está en una curva de aprendizaje y los inversionistas están esperando ver cuál será la dinámica del mercado antes de sumergirse, nos dicen los expertos. El proceso de regulación debería separar el trigo de la paja entre las miles de plataformas que surgieron ofreciendo apuestas a los brasileños, y luego la fase de consolidación comenzará a finales de este año, prevén.
El mercado de fusiones y adquisiciones en Brasil, centrado en el sector de las apuestas deportivas y los juegos online, aún no ha despegado porque las empresas no pudieron cambiar su control corporativo antes de que se concedieran las primeras autorizaciones, lo que no se produjo hasta finales de diciembre de 2024, según Fabio Kujawski, socio del bufete de abogados Mattos Filho en Sao Paulo.
“A partir de ahora, con las empresas autorizadas, esperamos un aumento significativo en el número de transacciones que involucran al sector. La mayoría de las solicitudes de licencia (unas 300) fueron presentadas por empresas pertenecientes a grupos extranjeros. Esto revela un interés muy claro por parte de los inversionistas internacionales, en cuyos mercados de origen operan desde hace muchos años y ya están estabilizados, como Estados Unidos y Europa”, dijo a iGamingFuturo.
La oportunidad de un crecimiento significativo de los ingresos tiende a lograrse mediante la liberalización de los juegos electrónicos en jurisdicciones que anteriormente no permitían la explotación de esta actividad, añadió Kujawski. “En este escenario, Brasil es el país ideal, dado el tamaño del mercado local”.
Un factor importante que ha retrasado las inversiones es la falta de visibilidad sobre la dinámica y los precios de este nuevo mercado, según André Gelfi, director general de Betsson Brasil y director-presidente del Instituto Brasileño de Juego Responsable (IBJR).
“Con el mercado ahora regulado, deberíamos comenzar a evaluar datos a finales de mes sobre cómo será la dinámica. Tomar decisiones de inversión con una visibilidad tan limitada es muy difícil”, afirmó.
“Del lado vendedor en Brasil, hay demasiado optimismo y arrogancia, diría yo, en cuanto a las valoraciones”, sostuvo.
Gelfi espera que se inicie un proceso de consolidación que reducirá el número de licencias concedidas, 66 hasta ahora, lo que se considera excesivo para un mercado de estas dimensiones, y luego veremos una industria liderada por “los sospechosos de siempre” o sea los grandes actores internacionales.
“Las adquisiciones se materializarán una vez que tengamos una mejor visibilidad de lo que está sucediendo en este mercado. Todo es muy nuevo y en la actualidad es difícil conseguir precios y concretar acuerdos”, añadió.
Gelfi dijo que el regulador de Brasil, el Secretario de Premios y Apuestas (PSA) del Ministerio de Hacienda está tratando de abordar la gran cantidad de plataformas de apuestas que surgieron antes de que se promulgara la regulación. El gobierno ha bloqueado 9.000 sitios de apuestas ilegales desde octubre.
“Están logrando bloquear lo que pueden identificar, pero lamentablemente esto es muy dinámico: cierras 1.000 plataformas y al día siguiente tienes otros 1.000 nuevas disponibles para Brasil”, acotó.
Gelfi se muestra escéptico sobre la capacidad de Brasil para afrontar el mercado negro mediante el bloqueo de sitios web y cree que una forma más eficaz será “estrangular” a los operadores ilegales dificultando las cosas en el ámbito de los pagos, ya que la ley brasileña prohíbe expresamente a las instituciones financieras procesar pagos electrónicos ( PIX) de empresas no autorizadas.