
El domingo pasado, el fútbol argentino vivió una nueva edición del Superclásico, ese partido que paraliza al país y enciende pasiones. River Plate venció 2–1 a Boca Juniors en un duelo cargado de emoción, pero también fue el escenario perfecto para que Codere, patrocinador principal del conjunto millonario, desplegara una estrategia de marketing que dio que hablar.
¿Cómo estar en la mente de todos sin ser invasivo? Codere Argentina lo resolvió con una campaña brillante que combinó timing y sutileza. Antes, durante y después del partido, la marca supo jugar su propio partido y, a juzgar por los resultados, lo ganó con contundencia.
La previa fue simple pero efectiva: sorteo de cinco camisetas oficiales de River Plate a través de X (antes Twitter). ¿La mecánica? Nada de pedir seguir cuentas o etiquetar amigos, bastaba con dar “me gusta” o hacer retweet. El resultado fue fenomenal: 4.700 comentarios, 2.400 retweets y más de 11.000 likes, alcanzando a más de 84.000 usuarios. Todo esto, con una propuesta directa que conectó de forma orgánica con la comunidad riverplatense.
⚠️¡Atención hinchas de River!⚪️🔴⚪️
— Codere Argentina (@CodereArgentina) April 25, 2025
Vamos a estar sorteando por el Superclásico: 5 camisetas de River entre todos los que interactúen con este tweet. pic.twitter.com/mIHRTdhVu2
Pero la magia no terminó ahí. El marketing de Codere se entrelazó con la historia: River ganó el clásico con un gol memorable de Franco Mastantuono, la joven promesa que empieza a escribir su leyenda. Ese tanto, repetido una y otra vez en redes y medios, lleva en la imagen la camiseta que luce el logo de Codere, grabando la marca en la retina de millones de hinchas.
River, como de costumbre, jugó a estadio lleno, y Codere supo capitalizar ese fanatismo que no conoce de grises. Viene construyendo desde hace semanas una relación cercana con los hinchas, sorteando productos oficiales, generando comunidad y dejando claro que entiende el pulso del fútbol argentino.
¿Y qué pasó con las camisetas? Una ganadora se llevó las cinco, incluyendo una firmada por todo el plantel. Un premio que, junto con la victoria en el clásico, quedará para siempre en su memoria.
Codere no solo fue testigo del Superclásico. Lo jugó, lo vivió y, de alguna forma, también lo ganó.