
Una pelea grande se arma en la industria de las apuestas deportivas sobre la legalidad del negocio de la predicción, una cuestión tremendamente controvertida que gira en torno de la definición misma de lo que constituye un juego regulado y legal en los Estados Unidos y que podría revolucionar el iGaming en el país.
Los observadores de la industria del juego sostienen que la llegada de las plataformas de mercados de predicción, junto con la rápida evolución de las criptomonedas (que el Presidente Donald Trump quiere ver incluido en el mundo del juego) anuncian un mundo completamente nuevo de iGaming y apuestas más amplias.
Y Trump, como era de esperar dada su larga experiencia en la industria del juego como magnate de los casinos y defensor declarado de la desregulación, está en el centro de la controversia.
El mes pasado, su hijo Donald Trump Jr. se unió a la plataforma de mercado de predicciones Kalshi, también conocida como Kalshi.ex, como asesor estratégico. Y Kalshi ha fortalecido aún más su influencia con el centro del poder al proponer al presidente Trump que Brian Quintenz, otro de sus ex asesores especiales, para el cargo de presidente de la Comisión de Comercio de Futuros de Commodities (CFTC, por sus siglas en inglés), el organismo regulador que supervisa los mercados de predicciones y otras operaciones de futuros.
Quintenz trabajó anteriormente como comisionado de la agencia por cuatro años, durante el primer mandato presidencial de Trump. Pero la poderosa Junta de Control de Juegos de Nevada (NGCB), que, junto con la Comisión de Juegos de Nevada (NGC) supervisa la regulación de los juegos de azar tradicionales en locales físicos, ha enviado una carta a Kalshi exigiendo que “cese toda actividad ilegal dentro de Nevada” antes de este viernes 14 de marzo.
Esta es la primera vez que una jurisdicción de juegos de azar en los Estados Unidos ha desafiado el derecho legal de Kalshi a ofrecer contratos. La CFTC ha prohibido anteriormente a Kalshi y otras empresas de ofrecer predicciones sobre elecciones políticas, pero esta decisión fue anulada en vísperas de las recientes elecciones presidenciales en las que los sitios de futuros dieron unánimemente la victoria a Trump, para gran deleite del vencedor y sus cómplices.
En su acción legal, la NGCB afirmó categóricamente que ofrecer contratos basados en eventos sobre resultados electorales y deportivos es ilegal en Nevada, a menos que cuente con la licencia de la comisión.
Kalshi.Ex fue fundada en 2018 por el libanés Tarek Mansour y Luana Lopes Lara, ambos graduados del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Es uno de varios sitios del mercado de predicciones, entre ellos Robinhood y el offshore Polymarket, que han cobrado importancia últimamente. Inicialmente, se enfrentaron a la CFTC, que argumentó que la autorización a las empresas de predicciones en la política estaba socavando e influyendo negativamente en el proceso democrático. Ese argumento se ha abandonado desde entonces y ahora, envalentonados por el fallo, los sitios de mercados de predicciones están surgiendo y comenzando a invadir los modelos tradicionales de apuestas deportivas.
Indígenas en alerta
Los pueblos indígenas de Estados Unidos también se han sumado al acalorado debate sobre si los mercados de predicción, con su creciente enfoque en las apuestas deportivas, constituyen juegos de azar legales en la nación.
“Permitir que los ‘contratos deportivos’ se coticen y comercialicen interferirá con nuestro derecho soberano de ejercer el poder de regular los juegos de azar dentro de nuestros respectivos territorios, un derecho reconocido desde hace mucho tiempo por los tribunales de Estados Unidos”, afirmó la Asociación de Juegos de Azar Indígenas en una declaración reciente.
“Además, la inclusión en la lista y el comercio de ‘contratos deportivos’ diezmaría el valor del intercambio negociado entre tribus y estados en sus pactos de juego cuando las tribus acuerdan compartir sus ingresos de juego (contribuyendo con miles de millones a los gobiernos estatales) a cambio de una exclusividad sustancial sobre las apuestas deportivas en su estado”.
¡Suena como un grito de guerras!