El fútbol sudamericano y los sitios de iGaming se han vuelto inseparables en América Latina. En los últimos tres años, la inversión de las casas de apuestas ha crecido de manera exponencial, y los principales clubes del continente han firmado acuerdos millonarios de patrocinio.
Algunos de los contratos más destacados incluyen a Flamengo, que recibe entre 45 y 50 millones de dólares por año de Betano; Santos, con un acuerdo anual reportado de 18 a 20 millones de dólares con 7K; y en Argentina, Boca Juniors recibe alrededor de 7,5 millones de dólares por 18 meses de Betsson, mientras que River Plate percibe 6 millones de dólares anuales de Betano. En Colombia, el patrocinio de la liga con BetPlay ronda los 11 millones de dólares al año.
Marcas globales como Betsson, Betano, Codere, Betcris y BetPlay operan en múltiples países, mientras que marcas locales más pequeñas patrocinan clubes mas chicos o regionales. La razón detrás de esta inversión masiva es clara: el fútbol en América Latina ofrece una combinación única de pasión, alcance y oportunidades.
Aquí, el fútbol no es solo un deporte, sino parte de la vida cotidiana, lo que da a las marcas acceso directo a millones de aficionados profundamente comprometidos. Además, los patrocinios son más rentables que en Europa, pero siguen brindando una visibilidad enorme, especialmente en Brasil, Argentina y Colombia.
Al mismo tiempo, las apuestas online han explotado gracias a los smartphones, las redes sociales y nuevas regulaciones que abren el mercado legalmente. Para los operadores globales, asociarse con clubes o ligas es un atajo a la legitimidad, permitiéndoles ganarse la confianza de los aficionados y reguladores y adelantarse a la competencia.
La visión desde los clubes
Frente a presiones financieras y la escasez de patrocinadores tradicionales que puedan invertir, muchos clubes han abrazado con entusiasmo los acuerdos con casas de apuestas, creando un escenario en el que ambos ganan: los clubes reciben ingresos clave y las plataformas obtienen exposición masiva. Junto con contenido digital —previas de partidos, desafíos para aficionados e influencers— se ha generado un ecosistema donde fútbol, entretenimiento y apuestas se alimentan mutuamente.

Como explica Eduardo Miranda, miembro del consejo de UD Villa Santa Brígida y con 13 años de experiencia en iGaming:
“(Los equipos ven a las casas de apuestas) Como un patrocinador más, que aporta un dinero muy importante para los presupuestos del club y que como decía antes, sería difícil en muchos casos de reemplazar y conseguir que empresas de otros sectores puedan aportar esas cantidades.”
Miranda también advierte sobre los riesgos de cambios regulatorios:
“Los patrocinios de casas de apuestas y casinos online suponen un gran porcentaje del presupuesto de muchos de los principales equipos, sobre todo en países como Chile y Brasil, pero también en Perú, México, Ecuador o Colombia… Un cambio regulatorio, como ocurrió en España e Italia, podría ser catastrófico para estas ligas ya que no será fácil encontrar empresas de otros sectores que puedan pagar lo que están pagando las casas de apuestas. Esto puede tener consecuencias en diferentes aspectos, mayor dificultad para fichar jugadores, para pagar sueldos y para retener el talento… Pero como ha pasado en España o Italia, al final a los clubes, nos les quedaría otra que adaptarse y buscar alternativas.”
La inyección de dinero de las apuestas ahora abarca desde clubes regionales hasta selecciones nacionales, convirtiendo a ambas industrias en aliados esenciales: las casas de apuestas buscan “aprobación y credibilidad”, mientras que los clubes dependen de estos ingresos para sostener operaciones y contratos elevados.

Regulación y futuro del sector
La semana pasada, durante un debate en el Senado argentino sobre la regulación de las apuestas online y la prevención de la ludopatía, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) advirtió que un veto total a los patrocinios de casas de apuestas generaría una crisis financiera grave para los clubes. La AFA destacó que muchos equipos dependen de estos ingresos para mantener el fútbol profesional y los programas sociales que brindan a la comunidad. En lugar de una prohibición absoluta, la AFA pidió un enfoque equilibrado que combata la adicción al juego, el amaño de partidos y proteja a los menores, pero que permita asociaciones responsables bajo supervisión estatal.
Como señala Miranda, cualquier cambio importante en los patrocinios probablemente vendrá por regulación y no por voluntad de los clubes:
“El cambio importante tendría que venir por la regulación, ya que por voluntad propia por temas de responsabilidad social veo difícil que un club renuncie a este tipo de patrocinios… En cuanto a posibles cambios en la regulación, creo que es cuestión de tiempo que lleguen estos cambios, y podrán ser mayores o menores, no siempre tienen que implicar la prohibición. Los cambios suelen llegar con la madurez del mercado, como ocurrió en España e Italia. Así que tendría sentido que uno de los primeros mercados en tomar medidas regulatorias sea Colombia. También está por ver las nuevas regulaciones que puedan surgir en un futuro próximo, como puede ser Chile, si no sacan regulaciones restrictivas desde el principio, que también podría ser una posibilidad.”

Un futuro de grandes inversiones
A pesar de la preocupación social por las apuestas online, las casas de apuestas seguirán siendo un actor clave en el fútbol sudamericano. Los clubes dependen de estos ingresos para financiar operaciones y programas comunitarios, y la profunda conexión cultural con los aficionados mantiene la relevancia de los patrocinios. La relación probablemente evolucionará hacia un modelo más regulado y responsable, donde operadores, clubes y autoridades colaboren para equilibrar la sostenibilidad financiera con la protección social.
Miranda resume la situación:
“Al final se trata de la ley de la oferta y la demanda. Mientras haya operadores dispuestos a pagar, y a pujar por conseguir esos ‘assets premium’, seguirá habiendo acuerdos de este tipo.
“De todas formas no siempre se podrán ver las mismas cantidades, recientemente por ejemplo un club brasileño finalizó anticipadamente un contrato con un operador de juego online por incumplimiento de algunas de las cláusulas, y sobre la marcha anunció a su nuevo patrocinador, que es otro operador de apuestas y casino pero que en este caso, pagaba un monto muy inferior al que pagaba el primero.
“Como en cualquier negociación, hay quien paga muy por encima del ‘precio de mercado’ y cuando se hace un ajuste (como puede ser una nueva negociación o una nueva puja por ser el nuevo patrocinador) se hace un ajuste del precio y se puede llegar a bajar.”
Hoy por hoy, el fútbol sudamericano y las casas de apuestas atraviesan un boom histórico de inversión y sostenibilidad, pero queda la pregunta: ¿hasta cuándo durará? ¿Se estabilizará el mercado con acuerdos más estratégicos que necesarios? Por ahora, los clubes están marcando un gran gol mientras las casas de apuestas siguen buscando aquello que el fútbol sudamericano tiene en abundancia: credibilidad incondicional.
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