Reporte Especial: Tríadas y El Arte Del Lavado De Dinero En Macao


El gob­er­nante Par­tido Comu­nista de Chi­na ha tenido des­de hace tiem­po una obsesión ambiva­lente, si no esquizofréni­ca, con el juego.

En estas vas­tas super­po­ten­cias asiáti­cas, el juego es téc­ni­ca­mente legal solo en dos lugares: Hong Kong y Macao, ambos enclaves colo­niales ante­ri­ores.

Hong Kong es cono­ci­do por su elit­ista Hong Kong Jock­ey Club, fun­da­do por los británi­cos colo­niales, y cien­tos de tur­bios salones traseros de Mahjong, donde, de man­era ilíci­ta, se ganan y pier­den for­tu­nas en este antiguo juego de azar y habil­i­dad.

Macao, una abi­gar­ra­da antigua entre­pos­to por­tugués, es el sitio del cen­tro de casi­nos más rico del mun­do y en su may­oría propiedad de esta­dounidens­es.

Es todavía otra parado­ja asom­brosa y difí­cil de enten­der en el nue­vo “Gran Juego” que se está desar­rol­lan­do por la dom­i­nación mundi­al entre los rivales sino-amer­i­canos.

Mien­tras tan­to, en la Chi­na con­ti­nen­tal propi­a­mente dicha, mil­lones de jugadores reg­u­lares desafían a su gob­ier­no y acce­den a jue­gos de azar en Inter­net a través de sitios semi-clan­des­ti­nos en el extran­jero — muchos de ellos POGOs, los con­tro­ver­tidos Oper­adores de Jue­gos de Azar en el Extran­jero de Fil­ip­inas, o sitios sim­i­lares de hack­eo en ubi­ca­ciones del sureste asiáti­co cir­cun­dantes.

El aumen­to estratos­féri­co de la riqueza chi­na, un apeti­to nacional no dis­minui­do por el juego y la expe­ri­en­cia de los grandes nom­bres del casi­no dom­i­na­dos por EE. UU.–entre ellos Galaxy Casi­no (arri­ba), Las Vegas Sands, Mel­co Resorts Macao, MGM Grand Par­adise, SJM Resorts, Venet­ian Macao y Wynn Resorts Macao–han con­ver­tido a Macao en el mer­ca­do de jue­gos de azar más grande del mun­do y uno que aho­ra se recu­pera a los nive­les de ingre­sos ante­ri­ores a la Covid-19, generan­do unos 292 mil mil­lones de Pat­a­ca de Macao (MOP) en GGR anu­al — el equiv­a­lente a 36.200 mil­lones de dólares esta­dounidens­es (28.250 mil­lones de libras ester­li­nas) de 39 mil­lones de vis­i­tantes.

Gáng­sters

Al obser­var esta opaca tier­ra de plac­eres de casi­nos, la may­oría de los obser­vadores per­spi­caces están de acuer­do en que el futuro y la for­tu­na de Macao no solo están deter­mi­na­dos por las cor­po­ra­ciones transna­cionales de la indus­tria del juego, sino tam­bién por los gáng­sters de las Tríadas pro­fun­da­mente arraiga­dos que pros­per­an en Hong Kong, Macao, Tai­wán y en comu­nidades chi­nas étni­cas en el extran­jero.

Por ley, se limi­ta a los res­i­dentes chi­nos con­ti­nen­tales que via­jan al extran­jero o que se diri­gen a las mesas de juego de Macao a cam­biar (solo) el equiv­a­lente a 50.000 dólares esta­dounidens­es al año (39.300 libras ester­li­nas).

Cier­ta­mente, no es sufi­ciente cap­i­tal para los grandes apos­ta­dores que bus­can vencer al paño, o para los lavadores de dinero que nece­si­tan lavar sus ganan­cias ilíc­i­tas.

Has­ta aho­ra, en este vacío han inter­venido las Tríadas. En Macao, entre muchas otras cosas, tam­bién con­trolan la lucra­ti­va indus­tria del lava­do de dinero y el cam­bio de divisas.

Pero aho­ra, tras la repre­sión nacional de Chi­na en 2021 sobre los lla­ma­dos “Jun­kets” con­tro­la­dos por las Tríadas, que llev­a­ban bal­lenas de jugadores al ter­ri­to­rio para apos­tar sumas enormes en salas traseras ile­gales en los prin­ci­pales casi­nos, las autori­dades de Macao tam­bién han deci­di­do pro­hibir y crim­i­nalizar a los oper­adores locales de cam­bio de divisas.

Super­viven­cia

Insti­ga­dos por sus amos con­ti­nen­tales, quienes inten­tan deten­er la sal­i­da de cap­i­tales en medio de una economía en con­trac­ción, Macao arrestó a unas 10.000 per­sonas por ofre­cer ser­vi­cios de cam­bio de divisas el año pasa­do.

El ban­co clan­des­ti­no, argu­men­tan, tam­bién está vin­cu­la­do al fraude, secue­stro, tra­ta de per­sonas y crimen orga­ni­za­do.

Aho­ra planean encar­ce­lar a los infrac­tores de con­ver­sión de divisas por has­ta cin­co años y pro­hibir­les la entra­da a los casi­nos por entre dos y 10 años.

Mien­tras plantean que “es improb­a­ble que los grandes jugadores util­i­cen a estos pequeños pro­mo­tores de dinero como su prin­ci­pal facil­i­ta­dor de fon­dos”, los anal­is­tas de jue­gos de azar de Macao en Cit­i­group argu­men­tan: “Esta noti­cia neg­a­ti­va podría añadir incer­tidum­bres y dañar el ya frágil sen­timien­to de inver­sión con­tra el sec­tor de jue­gos de azar de Macao”.

Cier­ta­mente, los pre­cios de las acciones de la may­oría de los oper­adores de casi­nos de Macao cayeron tras las noti­cias de la repre­sión pre­vista la sem­ana pasa­da.

Pero el entre­puesto está bien ver­sa­do en super­viven­cia.

Se ha recu­per­a­do del impacto debil­i­tante de las restric­ciones de via­je impues­tas durante la pan­demia de la Covid-19.

Ha super­a­do el golpe financiero masi­vo de perder los Jun­kets, que algu­na vez con­tribuyeron con un esti­ma­do del 50 por cien­to de los ingre­sos del casi­no.

Y, jun­to con la cabeza de ser­pi­ente de las Tríadas, segu­ra­mente sobre­vivirá a este últi­mo golpe con­tra el lava­do de dinero.

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