Buscando revertir las apuestas deportivas, la Ley SAFE Bet de EE. UU. revivida


El polémi­co proyec­to de ley SAFE Bet Act, una prop­ues­ta de repre­sión dra­co­ni­ana sobre las apues­tas deporti­vas en EE. UU., ha vuel­to de entre los muer­tos.

Tras su fra­ca­so el año pasa­do, sus prin­ci­pales defen­sores, los dis­rup­tores demócratas el Con­gre­sista Paul Tonko y el Senador Richard Blu­men­thal, han vuel­to a pre­sen­tar el proyec­to de ley, que bus­ca pro­te­ger a los jugadores vul­ner­a­bles e impon­er estric­tos pro­to­co­los de juego respon­s­able.

La leg­is­lación prop­ues­ta –cuyo títu­lo com­ple­to es Sup­port­ing Afford­abil­i­ty & Fair­ness with Every Bet Act (Acto de Apoyo a la Ase­quibil­i­dad y la Jus­ti­cia con Cada Apues­ta)– efec­ti­va­mente retro­ced­ería el reloj y haría invi­able gran parte de las apues­tas deporti­vas en línea, crit­i­can sus detrac­tores.

Tonko (Nue­va York) y Blu­men­thal (Con­necti­cut) ale­gan que unos siete mil­lones de adul­tos en EE. UU., –alrede­dor del 2.7 por cien­to de la población adul­ta de la nación– tienen un prob­le­ma de juego, y que nece­si­tan pro­tec­ción.

Des­de la anu­lación de PASPA en 2018, ha habido una ver­dadera explosión de casas de apues­tas dig­i­tales y jue­gos de azar inter­ac­tivos en Esta­dos Unidos. La Pro­fes­sion­al and Ama­teur Sports Pro­tec­tion Act (PASPA), una ley fed­er­al de 1992, restringía a todos los esta­dos, excep­to a un puña­do de ellos, a legalizar las apues­tas deporti­vas.

Hoy en día, 38 de los 50 esta­dos de EE. UU., jun­to con Wash­ing­ton D.C. y el ter­ri­to­rio esta­dounidense de Cos­ta Rica, han legal­iza­do las apues­tas deporti­vas en línea. El juego inter­ac­ti­vo más amplio ha sido más lento en despe­gar, pero con­tinúa su avance aparente­mente inex­orable a través de este exten­so país.

El con­gre­sista Tonko se describe a sí mis­mo como un “campeón en cues­tiones de adic­ción”.

Locu­ra de Mar­zo

Al comien­zo de la lla­ma­da Locu­ra de Mar­zo, él y su com­pañero demócra­ta, el senador Blu­men­thal, han relan­za­do su inten­to de con­ver­tir el SAFE Bet Act en ley fed­er­al.

“Esta­mos pre­sen­tan­do este proyec­to de ley por una razón sim­ple: Hac­er que las apues­tas deporti­vas sean más seguras”, afir­mó Tonko.

“El año pasa­do vimos a dece­nas de mil­lones de esta­dounidens­es apos­tar y perder casi 14 mil mil­lones de dólares en apues­tas deporti­vas”, con­tin­uó. “Eso rep­re­sen­ta un aumen­to del 25 por cien­to con respec­to al récord de 2023 de 11 mil mil­lones de dólares.

“La indus­tria eti­que­ta eso como ingre­sos, [como si] fuera un número para cel­e­brar y vener­ar.

“Pero la real­i­dad es que 14 mil mil­lones de dólares en ingre­sos para la indus­tria del juego son 14 mil mil­lones extraí­dos de los bol­sil­los de los esta­dounidens­es comunes.

“La pre­ocu­pación aún may­or es que la may­oría de esos ingre­sos se obtienen del sufrim­ien­to de un número despro­por­cionada­mente bajo de jugadores.

“No esta­mos aquí hoy porque quer­amos impedir que la indus­tria del juego rompa nuevos récords. Esta­mos aquí hoy porque es impor­tante equi­li­brar la salud públi­ca con los intere­ses económi­cos com­pet­i­tivos”, enfa­tizó Tonko.

“Pero cuan­do cada momen­to, de cada even­to deporti­vo en todo el mun­do se ha con­ver­tido en una opor­tu­nidad de apues­ta en la pal­ma de tu mano, el gob­ier­no debe pon­er su deber de pro­te­ger a los ciu­dadanos del daño en primer lugar”.

El SAFE Bet Act se pre­sen­tó por primera vez el pasa­do sep­tiem­bre. Pero ráp­i­da­mente resultó impop­u­lar, no logró ganar impul­so y murió al final de la sesión del Con­gre­so de 2024.

Dra­co­ni­ano

Bus­ca imple­men­tar con­troles fed­erales mín­i­mos sobre las apues­tas deporti­vas.

Estos con­troles se apli­carían a los 38 esta­dos con apues­tas deporti­vas legales y se div­i­den en tres gru­pos: mar­ket­ing, ase­quibil­i­dad e inteligen­cia arti­fi­cial.

El proyec­to de ley prop­uesto ha sido eti­que­ta­do pre­vi­a­mente como “antic­ua­do” y “injus­ti­fi­ca­do” por la rep­re­sen­tante Dina Titus (D. Neva­da), “incon­sti­tu­cional” y “dra­co­ni­ano” por Sara Dal­sheim, la influyente pod­cast­er de Ifrah Law, y “arro­gante” por el ex direc­tor de la División de Con­trol de Jue­gos de Nue­va Jer­sey (NJDGE), David Rebuck. Aunque bus­ca pro­te­ger a los jugadores vul­ner­a­bles, tam­bién ha sido ata­ca­do como “ir más allá” de las meras medi­das de juego respon­s­able.

La prop­ues­ta legal incluye con­troles de pub­li­ci­dad estric­tos, como la pro­hibi­ción de anun­cios entre las 8 a.m. y las 10 p.m. y durante even­tos deportivos en vivo.

Además, hay nuevas reglas sobre el lengua­je uti­liza­do para describir bonifi­ca­ciones y apues­tas gra­tu­itas.

El SAFE Bet Act tam­bién pro­pone un esque­ma nacional de autoex­clusión y pro­hibi­ciones de apues­tas en vivo o en juego pop­u­lares, bonifi­ca­ciones por recar­ga, esque­mas VIP y apues­tas prop de la uni­ver­si­dad.

Y lo más con­tro­ver­tido, pro­hibiría “el uso de IA para ras­trear los hábitos de juego de un apos­ta­dor y evi­tar el uso de IA por parte de com­pañías de jue­gos para crear las lla­madas ‘microa­pues­tas’, hechas a medi­da para clientes indi­vid­uales”.

Tam­bién bus­ca imple­men­tar con­troles financieros al esti­lo del Reino Unido cuan­do los jugadores super­en cier­tos umbrales de gas­to, a saber: 1,000 dólares (772 libras ester­li­nas) durante un perío­do de 24 horas o 10,000 dólares (7,723 libras ester­li­nas) durante un perío­do de 30 días. La can­ti­dad de la apues­ta del jugador, además, no debe exced­er el 30 por cien­to de su cheque de pago. Y ningún jugador puede hac­er más de cin­co depósi­tos en un día.

Oposi­ción

El proyec­to de ley prop­uesto tam­bién argu­men­ta que todos los esta­dos tra­ba­jen con el gob­ier­no fed­er­al para fre­nar los sitios de jue­gos ile­gales.

El acto enfrenta una oposi­ción sus­tan­cial.

Además de cabildeo por parte de la indus­tria de las apues­tas deporti­vas, que lo ha lla­ma­do un “golpe en la cara a las leg­is­lat­uras estatales y reg­u­ladores de jue­gos”, muchos leg­is­ladores de EE. UU. y fig­uras clave son resistentes a la inter­ven­ción fed­er­al, creyen­do que las apues­tas deporti­vas son un “asun­to de dere­chos estatales”, y no para ser estable­ci­do por el gob­ier­no fed­er­al.

Según Sara Dal­sheim, escri­bi­en­do en el blog de Ifrah Law, el SAFE Bet Act puede con­sid­er­arse “incon­sti­tu­cional” porque con­tradice el fal­lo Mur­phy de 2018 de la Corte Supre­ma de EE. UU.

En Mur­phy, la Corte Supre­ma dic­t­a­m­inó que PASPA era incon­sti­tu­cional porque vio­la­ba la doc­t­ri­na de ant­i­captación incrus­ta­da en la Con­sti­tu­ción de EE. UU. Esta doc­t­ri­na pro­híbe al gob­ier­no fed­er­al obligar a los esta­dos a pro­mul­gar o hac­er cumplir pro­gra­mas reg­u­la­to­rios fed­erales.

Al hac­er­lo, el tri­bunal creó un nue­vo prin­ci­pio fed­er­al, que Dal­sheim afir­ma “no se pres­ta a ser anu­la­do por acción con­gre­sion­al”.

Hablan­do en la audi­en­cia del Comité Judi­cial del Sena­do de EE. UU. del año pasa­do sobre las apues­tas deporti­vas, David Rebuck, ex direc­tor de la División de Con­trol de Jue­gos de Nue­va Jer­sey, tam­bién argu­men­tó que las apues­tas deporti­vas deben seguir sien­do un asun­to de dere­chos estatales, agre­gan­do que la inter­ven­ción fed­er­al era injus­ti­fi­ca­da ya que muchos esta­dos solo han legal­iza­do recien­te­mente las apues­tas y no han tenido su opor­tu­nidad de “hac­er bien la reg­u­lación”.

Incon­sti­tu­cional

Shawn Fluhar­ty, pres­i­dente del Con­se­jo Nacional de Leg­is­ladores de los Esta­dos de Juego y un defen­sor políti­co clave de la leg­is­lación de juego inter­ac­ti­vo de Vir­ginia Occi­den­tal, destacó las restric­ciones de un enfoque fed­er­al en una entre­vista exclu­si­va con iGF.

“El pro­ce­so más delib­er­a­ti­vo sobre la leg­is­lación de jue­gos se está lle­van­do a cabo en los esta­dos, y debe per­manecer en los esta­dos”, nos dijo.

“Si viste la dis­cusión del Comité Judi­cial del Sena­do de EE. UU. del año pasa­do sobre las apues­tas deporti­vas y el SAFE Bet Act, fue un cir­co.

“A niv­el estatal, lejos de este pos­tureo, esta­mos tenien­do con­ver­sa­ciones serias, dis­cutien­do políti­cas y el camino cor­rec­to a seguir.

“Como con cualquier nue­va indus­tria, hay difi­cul­tades de crec­imien­to. Pero la idea de que el gob­ier­no fed­er­al de repente se va a involu­crar y sal­var el día es una ilusión”.

Con obstácu­los sig­ni­fica­tivos por delante y muchos argu­men­tan­do que el SAFE Bet Act es “innece­sario” y posi­ble­mente incon­sti­tu­cional, el paso del SAFE Bet Act por el Con­gre­so se con­sid­era difí­cil, si no imposi­ble.

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