
Conozcan a Henry Williams, el hombre que está enfrentando a los operadores de apuestas ilegales y convirtiendo a Michigan en un modelo de regulación para todos los Estados Unidos.
En el fragmentado panorama regulatorio de las apuestas en EE. UU., hay un regulador que destaca por todas las razones correctas: Henry Williams, Director Ejecutivo de la Michigan Gaming Control Board (MGCB).
Williams, nombrado Regulador del Año por la American Gaming Association en 2024, lidera la MGCB desde 2021.
Nacido y criado en Detroit, ex trabajador social y defensor incansable de la comunidad, ha impulsado medidas contundentes contra operadores ilegales, introducido mayores protecciones para los jugadores y promovido la concienciación pública, especialmente a través de la premiada campaña de juego responsable del estado, Don’t Regret the Bet. Además, ha sido el motor detrás de la modernización del marco regulatorio de Michigan.
Bajo su liderazgo, el mercado de apuestas de Michigan ha alcanzado niveles de crecimiento récord, generando miles de millones en ingresos fiscales para el estado y consolidándose como uno de los reguladores más proactivos y respetados de EE. UU.
Para conocer más, conversé con Williams sobre el estado actual de la industria del juego en EE. UU. y, especialmente, para entender cómo The Great Lake State está liderando la lucha contra el juego ilegal.
Combatiendo el juego ilegal
El juego ilegal —especialmente los casinos online offshore y las apuestas deportivas sin licencia— es una amenaza creciente en todo Estados Unidos.
Solo el mes pasado, por ejemplo, un informe de Yield Sec estimó que el 74 % del GGR del juego online en EE. UU. se va al extranjero: eso significa 67,1 mil millones de dólares (52,7 mil millones de libras) para operadores ilegales y solo 23 mil millones de dólares (18,1 mil millones de libras) para el mercado regulado.
Y mientras muchos reguladores estadounidenses, relativamente nuevos en la industria, aún no toman la fiscalización con seriedad, Michigan —con 360 licencias de juego online— adopta una postura firme.
En 2024, la MGCB incautó y destruyó más de 200 máquinas de juego ilegales, emitió órdenes de cese y desistimiento a operadores sin licencia y trabajó con las autoridades para lograr condenas penales.
Este esfuerzo se ha acelerado este año, con más de 120 sitios web ilegales ya identificados, de los cuales 19 fueron eliminados solo el 2 de julio.
“Combatir el juego ilegal es una prioridad absoluta”, afirmó Williams. “Adoptamos un enfoque proactivo y multifacético que combina educación, fiscalización y colaboración.
“Estas operaciones no son inocuas: ponen en riesgo el dinero y los datos de las personas, no ofrecen herramientas de juego responsable y socavan la confianza que hemos construido en el mercado legal”.
A pesar de la magnitud del reto, se muestra optimista:
“Cada acción que tomamos interrumpe redes ilegales, informa al público y refuerza la integridad del mercado regulado de Michigan.
“Hemos logrado resultados medibles, reducido la visibilidad de máquinas ilegales, incentivado una mayor participación de las fuerzas del orden y fortalecido el apoyo de operadores con licencia.
“La lucha continúa, pero estamos comprometidos —y bien posicionados— para liderarla”.
Límites de velocidad para el mercado de Michigan
A medida que la industria de apuestas en EE. UU., en especial el iGaming, ha crecido rápidamente, surgieron preocupaciones de que la regulación no avanza al mismo ritmo.
Un regulador incluso describió al sector como una “autopista sin límites de velocidad”.
Pero Williams discrepa.
“En Michigan sí tenemos límites de velocidad. Y es nuestro trabajo hacerlos cumplir”.
“Michigan cuenta con un marco regulatorio integral diseñado para garantizar un entorno de juego seguro, responsable y bien gestionado.
“Si bien la industria evoluciona rápido, la velocidad no debe sacrificar la estructura ni la supervisión.
“Nuestro rol como reguladores es mantenernos al ritmo de la innovación sin perder de vista nuestra misión: garantizar un juego justo y honesto que proteja los intereses de la ciudadanía”, subrayó.
¿Canibalización: mito o realidad?
Uno de los grandes debates de política de juego en EE. UU. es si los casinos online amenazan los ingresos de los casinos físicos.
Estados como Michigan, que legalizó los casinos online y las apuestas deportivas en 2019, aportan datos reales que desmienten esta narrativa.
Williams confirma que, aunque considera válida la discusión, en Michigan no hay evidencia que respalde esa preocupación.
“Estamos viendo que ambos sectores se complementan”, explicó. “El juego online atrae a jugadores que valoran la conveniencia y la experiencia móvil, mientras que los casinos físicos siguen siendo un destino de entretenimiento y turismo”.
Despertar y oler el caso Kalshi
Como el regulador más progresista de EE. UU., Williams comparte su preocupación por la incipiente “crisis Kalshi”, que ya encendió las alarmas en toda la industria.
“Una decisión federal que permita este tipo de contratos podría, en la práctica, legalizar las apuestas deportivas a nivel nacional, pasando por alto las leyes estatales existentes y los acuerdos tribales”, advirtió.
“Eso genera preocupación para reguladores y operadores que hemos trabajado para establecer marcos sólidos de protección al consumidor, integridad financiera y juego responsable”.
Y agregó: “Podría argumentarse que una decisión así incentive a los operadores con licencia a evadir la supervisión estatal trasladándose a plataformas de intercambio reguladas a nivel federal.
“Un movimiento que socavaría el equilibrio que los estados hemos construido para garantizar un juego responsable y transparente, y que debería ser firmemente rechazado”.
Williams es claro: “Desde la perspectiva de una Junta de Control de Juego estatal, esto no es solo un punto de tensión: es una llamada de atención”.
Y podría marcar un antes y un después.
“Si los tribunales y reguladores avalan el marco federal de Kalshi como suficiente para sustituir los controles estatales, podría abrir la puerta a una ola de plataformas de apuestas reguladas federalmente.
“Eso significaría un cambio de paradigma, sacando grandes segmentos de apuestas deportivas y de eventos del ámbito estatal”, concluyó el regulador.