
El reciente anuncio del gobierno brasileño de elevar del 12% al 18% el impuesto sobre los ingresos brutos del juego (GGR) para las apuestas deportivas en línea ha generado una fuerte reacción de rechazo en el sector.
Las asociaciones de la industria del juego se pronunciaron enérgicamente contra el aumento propuesto, argumentando que el sector ya aporta significativamente a las arcas públicas: 4.000 millones de reales en impuestos y contribuciones sociales, además de 2.400 millones de reales en tasas de licencias en lo que va de 2025.
El Instituto Brasileño de Juego Responsable (IBJR) calificó la medida de inaceptable y advirtió que podría inviabilizar las operaciones de muchas empresas que han confiado e invertido en el mercado regulado brasileño. La propuesta, según el Instituto, genera inseguridad jurídica y amenaza los ingresos públicos.
Asociaciones como IBJR y ABRAJOGO han alertado que este escenario podría socavar el proceso de regularización del que va en buen camino y corre el riego de provocar una migración tanto de operadores como de jugadores hacia plataformas clandestinas que aún representan la mitad de los sitios de apuestas.
Consultados por iGamingFuturo, ejecutivos de empresas autorizadas a operar en Brasil declinaron comentar el aumento de la carga impositiva, diciendo que la decisión del gobierno ya era un hecho, ya estaba tomada y prefirieron no comentar.
“Esto es un problema muy serio,” dijo un ejecutivo de un operador que pidió permanecer en el anonimato.
“En lugar de incentivar el mercado regulado, lo están sofocando. Las plataformas no autorizadas se están multiplicando cada semana, y con una carga fiscal acumulada que ya supera el 40%, resulta casi imposible operar de forma rentable y sostenible,” se quejó.
Y señaló que la política fiscal actual no solo desincentiva la innovación y la competencia leal, sino que también fomenta el crecimiento del mercado negro: “Las compañías serias no pueden sobrevivir en estas condiciones, mientras que las no reguladas seguirán expandiéndose.”
El aumento es parte de un nuevo paquete fiscal propuesto por el Ministerio de Hacienda para compensar la caída de ingresos tras el rechazo legislativo al aumento del impuesto financiero IOF.
Actualmente, el sector de apuestas en línea en Brasil ya enfrenta una elevada carga fiscal que incluye, además del impuesto a los ingresos brutos de juego (GGR), otros impuestos como PIS/COFINS, ISS y tributos corporativos. Según cálculos del sector, la carga impositiva total superaría el 50% de los ingresos, lo que amenaza seriamente la viabilidad de operar bajo el marco regulatorio vigente.
El caso de Brasil recuerda a experiencias en países europeos como Italia, España y Suecia, donde políticas fiscales excesivas sobre el juego online provocaron el efecto contrario al esperado: una caída en la recaudación y un auge de plataformas ilegales.
De mantenerse esta tendencia en Brasil, los expertos advierten que el país corre el riesgo de desmantelar el progreso logrado hasta ahora en la regulación de un mercado que, en sus primeros meses de operación formal, ya ha aportado miles de millones de reales al fisco.
El desafío para el gobierno será encontrar un equilibrio entre la necesidad de aumentar ingresos fiscales y la urgencia de proteger un ecosistema de apuestas que apenas empieza a consolidarse.
Si no se ajusta el rumbo, el sector podría enfrentarse a un punto de inflexión que lo devuelva a la informalidad y socave la credibilidad del marco regulatorio brasileño.
A principios de 2025, los operadores con licencia pagaron R$30 millones cada uno por una licencia de cinco años, lo que representa más de R$2.300 millones ya recaudados por el gobierno. La planificación e inversión de la industria se basaron en la tasa impositiva vigente del 12%. Cualquier cambio a mitad del contrato, argumenta el IBJR, socava el equilibrio económico y financiero del acuerdo y erosiona la confianza en el marco regulatorio.