
Robinho, ex delantero de Santos, Real Madrid, Manchester City y AC Milan está cumpliendo una sentencia de 9 años de cárcel en Brasil por una violación grupal en una discoteca de Milan en 2013.
Su carrera futbolística ha acabado, pero no su conexión al deporte: desde su celda de 8 metros cuadrados planea montar una empresa de apuestas deportivas junto con otro recluso para cuando recuperen su libertad.
Su compañero de cárcel Walter Delgatti, condenado por hackear los sistemas del Consejo Nacional de Justicia brasileño, dijo a medios de prensa que los dos lanzarán una plataforma de apuestas cuando salgan a la calle, usando la fama del ex jugador y el conocimiento tecnológico del hackeador.
Robinho, de 41 años, ingresó a la cárcel de Tremembé el año pasado. Fue condenado en Italia en 2017 por una violación grupal de una joven albanesa cometido en 2013, pero Robinho vivió en libertad hasta este momento en su país, puesto que la Constitución brasileña prohíbe la extradición de sus nacionales.
Sin embargo, en 2023, el gobierno italiano solicitó a Brasil que ordenara a Robinho y su amigo Falco, quien fue condenado por el mismo caso de violación, cumplir sus condenas en Brasil, lo que es permitido por la ley brasileña. Y en marzo de 2024, el Superior Tribunal de Justicia decidió que Robinho cumpla la condena en Brasil y ordenó su prisión inmediata.
Actualmente, Robinho intenta pasar a prisión semiabierta, pero no está consiguiendo anular la sentencia del tribunal italiano de una condena de nueve años. Mientras tanto, intenta tener un buen comportamiento para educir su condena y hace tareas dentro de la prisión, como arreglar televisores y radios gracias a un curso de electrónica, está apuntado al club de lectura y cuida el huerto.