Brasil se encuentra en el ojo del huracán en las últimas dos semanas, luego de un giro en la las posibles regulaciones del gobierno que ha provocado el cierre de operaciones de empresas como Betway y el despido de unos 100 empleados en marcas mediáticas que generan sus ganancias a través del marketing de afiliados, como Better Collective.
La postura del gobierno se está volviendo cada vez más clara: si los operadores en Brasil quieren establecerse, deberán pagar más impuestos, mientras que algunos legisladores abogan por prohibir el juego en línea por completo. Este último camino parece más complicado, ya que las empresas de apuestas en línea se han convertido en una fuente de ingresos crucial para los grupos mediáticos y el deporte. Hoy en día, es casi imposible ver cualquier evento importante de fútbol en Brasil sin el respaldo de una casa de apuestas.
La liga brasileña, la Copa Libertadores y las eliminatorias del Mundial de CONMEBOL están vinculadas a operadores que aparecen como patrocinadores de camisetas, en displays publicitarios o como socios en marketing directo. Sin embargo, a pesar de los avances en la industria en Brasil, un informe del Financial Times señala que los pasos hacia adelante podrían estar generando grandes retrocesos en la salud mental y la economía de los brasileños.
En el informe escrito por Michael Pooler y Beatriz Langella, se menciona que Brasil es el séptimo mercado más grande en apuestas en línea por ingresos, pero que la “falta de regulación ha ayudado a fomentar una epidemia de adicción, con consecuencias potencialmente dañinas para la economía más grande de América Latina, según advierten banquero y médicos. La locura amenaza con afectar el gasto de los consumidores, especialmente entre los brasileños de bajos ingresos, según detallan minoristas y analistas”.
La asociación bancaria del país está preocupada por el nivel de endeudamiento de los brasileños en los últimos años debido a la fiebre de las apuestas en línea, ya que muchos han tenido que recurrir a préstamos para saldar pérdidas ocasionadas por el juego, y varios prestatarios han incumplido con el pago de esos préstamos.
El artículo de Financial Times también incluye una cita del psiquiatra Hermano Tavares, quien afirmó que “el sistema de salud no está preparado para esto (tratamientos de adicción al juego)”, y expresó la creciente preocupación por los problemas de salud mental, que se han triplicado en el último año debido a esta problemática.
El informe también menciona las medidas que ha tomado el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva para regular la creciente pero a veces descontrolada industria del juego, con nuevas regulaciones que entrarán en vigor en 2025.
Las reglas impondrán impuestos sobre las compañías de apuestas y las ganancias, restringirán las promociones de influencers, limitarán la publicidad y prohibirán el uso de tarjetas de crédito en los sitios de apuestas. Los operadores digitales deberán registrar una entidad local y pagar costosas licencias, con una fecha límite que ya pasó en septiembre. El gobierno ha bloqueado más de 3,400 sitios no conformes y espera que el juego genere hasta 2.000 millones de dólares en impuestos anuales.
Los defensores esperan que estas regulaciones ayuden a limpiar la industria, pero Lula ha advertido que las apuestas digitales podrían ser prohibidas si las nuevas medidas no logran abordar los problemas.
Mientras Brasil sigue intentando controlar este negocio en expansión, el país camina sobre una línea delgada en cuanto a lo que puede aceptar, gravar y prohibir o restringir en relación con las apuestas en línea. Los operadores, por su parte, mantienen esperanzas optimistas pero cautelosas sobre el futuro de la industria en Brasil.