Sí Podemos Khan, Londres Rescata Juegos de la Mancomunidad.


Recién sali­do de su der­ro­ta políti­ca por el “crimen” de quer­er lle­var aire fres­co a la cap­i­tal, el alcalde de Lon­dres, Sadiq Khan, parece haber venido al rescate de los Jue­gos de la Com­mon­wealth al acep­tar ser el anfitrión del even­to en apuros.

Dece­nas de miles, tal vez mil­lones, de apos­ta­dores de todo el mun­do que aman apos­tar en even­tos poco pop­u­lares y a menudo oscuros como el lawn bowls, net­ball y rug­by sev­ens, res­pi­rarán alivi­a­dos porque los Jue­gos de la Com­mon­wealth, tam­bién cono­ci­dos como “Los Jue­gos Amis­tosos”, alcan­zan los rin­cones más ale­ja­dos del uni­ver­so de las apues­tas que no son toca­dos por las Olimpiadas, la Liga de Campe­ones y el Super Bowl.

¿Dónde más puedes ani­mar y apos­tar por Eswa­ti­ni, Kiri­bati, Leso­to, Nau­ru, Ton­ga y Van­u­atu, e inclu­so Esco­cia, sabi­en­do que tienen bue­nas posi­bil­i­dades de ganar o recla­mar una medal­la?

El acto de rescate de Khan lle­ga después de que el esta­do aus­traliano de Vic­to­ria, anfitrión de los próx­i­mos Jue­gos de la Com­mon­wealth en 2026, se reti­rara la sem­ana pasa­da, argu­men­tan­do: “Todo cos­to, ningún ben­efi­cio”, con un gas­to proyec­ta­do que se trip­licó de los 2.600 mil­lones de dólares aus­tralianos ini­ciales (£1.350 mil­lones) a 7.000 mil­lones de dólares aus­tralianos (£3.700 mil­lones).

Lon­dres aho­ra está “lis­to” para entrar en acción y ser el anfitrión de los jue­gos si pueden ase­gu­rar 500 mil­lones de libras del Gob­ier­no Cen­tral, con­fir­ma la Ofic­i­na del Alcalde.

No hace fal­ta decir que todas las infraestruc­turas deporti­vas, muchas de las cuales se con­struyeron para la bril­lante sede de los Jue­gos Olímpi­cos de 2012 en la cap­i­tal británi­ca, ya están en su lugar.

Más allá del laud­able acto de rescate de últi­mo min­u­to de Lon­dres, los Jue­gos de la Com­mon­wealth en sí han esta­do sufrien­do una cri­sis de iden­ti­dad, si no exis­ten­cial, des­de hace tiem­po, solo par­cial­mente mit­i­ga­da por la valiente y exi­tosa sede del año pasa­do en Birm­ing­ham.

Lan­za­dos en 1930 como los Jue­gos del Impe­rio, una man­i­festación de la glo­ria impe­r­i­al británi­ca, los jue­gos, reba­u­ti­za­dos como los Jue­gos de la Com­mon­wealth en 1970, son una com­peti­ción mul­ti­de­porti­va que atrae a más de 50 de las más de 70 naciones de la Com­mon­wealth, todas ellas, sal­vo Mozam­bique, antiguas colo­nias británi­cas, y se cel­e­bran cada cua­tro años.

Si Aus­tralia, que ha sido anfitrión de los jue­gos cin­co veces, se está reti­ran­do del even­to, entonces los jue­gos, en pal­abras de los favoritos aus­tralianos, están “bien y ver­dadera­mente fas­tidi­a­dos”.

Porque al igual que Esta­dos Unidos y Chi­na en los Jue­gos Olímpi­cos, y ante­ri­or­mente Esta­dos Unidos y la Unión Soviéti­ca, Inglater­ra y Aus­tralia son las dos grandes poten­cias de la com­peti­ción, y ambos país­es inevitable­mente com­piten por encabezar la tabla de medal­las cada cua­tro años.

La pre­cip­i­ta­da reti­ra­da de Vic­to­ria como anfitrión ha avi­va­do aún más espec­u­la­ciones sobre el futuro de los jue­gos, además de venir poco después de la muerte de la reina Isabel II, quien era vista tal vez como uno de los últi­mos sím­bo­los unifi­cadores de la Com­mon­wealth.

El tor­neo deporti­vo de 12 días aho­ra lucha por lla­mar la aten­ción y man­ten­er su rel­e­van­cia en un cal­en­dario deporti­vo inter­na­cional reple­to y glam­oroso.

La Fed­eración de los Jue­gos de la Com­mon­wealth (CGF por sus siglas en inglés) tuvo difi­cul­tades para encon­trar un anfitrión antes de que Vic­to­ria se ofreciera vol­un­taria en abril de 2022.

Y la sede de Birm­ing­ham para los jue­gos del año pasa­do tam­bién fue una solu­ción de emer­gen­cia después de que la ciu­dad anfitri­ona ini­cial, Dur­ban en Sudáfrica, aban­donara la pos­ta, argu­men­tan­do tam­bién difi­cul­tades económi­cas.

La CGF ha cal­i­fi­ca­do la decisión de Vic­to­ria como “muy decep­cio­nante” y afir­ma estar “com­pro­meti­da en encon­trar una solu­ción”.

Lon­dres, uno espera, puede venir al rescate.

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