
En los últimos años, el ecosistema del marketing digital en el sector de apuestas online en Perú ha enfrentado una creciente amenaza: el uso de bots y otras prácticas cuestionables en campañas vinculadas a plataformas de streaming.
Según diversos actores de la industria, muchas agencias digitales han recurrido a estas herramientas para mostrar resultados rápidos y escalar métricas superficiales como visualizaciones, seguidores o clics. Sin embargo, estos datos inflados rara vez se traducen en conversiones reales.
La desconexión entre los KPIs reales —como registros efectivos o costo por adquisición (CPA) cualificado— y los informes presentados por algunas agencias ha encendido las alarmas. Lo que se presenta como una campaña exitosa en términos de visibilidad, a menudo oculta un retorno de inversión pobre y una escasa sostenibilidad a largo plazo.
La respuesta del sector
Fernando Arrieta Rebaza, responsable de adquisición y performance marketing en Apuesto, confirma que los operadores ya han tomado nota de estas malas prácticas. “Los operadores están cada vez más conscientes. La experiencia ha generado una desconfianza natural hacia las agencias, obligándolas a demostrar no solo resultados, sino también transparencia y trazabilidad en la ejecución de sus campañas”, señala.
Como resultado, muchas marcas han optado por crear equipos de marketing internos o establecer alianzas más estratégicas con agencias que no solo dominen el marketing digital, sino que también comprendan a fondo la lógica del negocio de apuestas y la rentabilidad real de un jugador.

Qué tipos de bots se usan
Arrieta detalla que los bots más comunes se utilizan para:
- Inflar métricas de engagement en transmisiones en vivo (viewers fantasmas).
- Aumentar seguidores en redes sociales o plataformas como Twitch o Kick.
- Generar clics falsos en campañas CPC/CPM.
- En menor medida, producir leads automatizados con bajo retorno y alto riesgo.
Estas prácticas buscan aparentar tracción o validación social, pero rara vez construyen una comunidad auténtica ni generan conversiones sostenibles.
El “depósito bicicleta”
Más allá de los bots, otra práctica que ha ganado terreno es el llamado “depósito bicicleta”. Esta estrategia, impulsada por influencers o agencias, consiste en financiar depósitos ficticios a través de sus comunidades para simular conversiones y así inflar las métricas de adquisición.
Si bien puede aparentar éxito, este tipo de fraude termina distorsionando indicadores clave como el CPA, ROAS y LTV. Además, genera bases de usuarios inactivos, lo que afecta negativamente las campañas de retención y remarketing.

Un duelo tecnológico inevitable
Arrieta anticipa una batalla entre herramientas de detección de fraude y bots cada vez más sofisticados: “La tecnología avanza en ambos frentes. Los bots ya utilizan inteligencia artificial para simular comportamientos humanos, pero también se desarrollan filtros automáticos, validación de usuarios y análisis de tráfico para identificar patrones anómalos”.
Pero, para él, la solución no es solo tecnológica: “La clave estará en la ética de los actores del ecosistema. La tecnología por sí sola no detendrá el uso de bots ni del ‘depósito bicicleta’; serán los estándares de la industria, los marcos regulatorios y la educación empresarial los que marcarán la diferencia”.
Educar para avanzar
La educación, tanto dentro como fuera de las organizaciones, es uno de los pilares más importantes para erradicar estas prácticas. Arrieta subraya la necesidad de publicar informes claros, diferenciar métricas reales de estimadas, capacitar aliados en marketing ético, e invertir en educación digital para que los usuarios aprendan a identificar señales de promociones engañosas.
Además, propone establecer códigos de conducta comunes en la industria, certificaciones de transparencia y auditar regularmente las campañas. Incluso destaca avances de plataformas como Kick, que han integrado herramientas como Streamer para medir con mayor precisión el comportamiento del usuario.
El uso de bots y estrategias poco éticas como el “depósito bicicleta” no solo distorsiona la realidad del marketing digital en el sector de apuestas, sino que pone en riesgo la confianza en todo el ecosistema. La industria está en una encrucijada: puede seguir alimentando métricas vacías o trabajar en conjunto para construir un entorno más transparente, sostenible y orientado al valor real del usuario. La diferencia la marcarán los actores que apuesten, no por la visibilidad fácil, sino por la credibilidad y la eficiencia a largo plazo.