Ricardo Horna Rivero es Product Manager del operador peruano DoradoBet. Con el cierre del año y la mirada puesta en 2026, iGamingFuturo conversó con él sobre los desafíos que plantea una industria en constante evolución, en la que ya no basta con ofrecer catálogo: se necesita diálogo, conexión y tecnología que acompañe. También analizamos las oportunidades que abre la regulación peruana en este nuevo escenario.
IGF: ¿Cómo se está preparando DoradoBet en su hoja de ruta de producto para la próxima generación de jugadores — más sociales, más móviles y más personalizados?
RR: Hoy todo gira en torno a entender mejor al jugador, no solo atraerlo. La nueva generación busca experiencias más dinámicas, sociales y rápidas, así que el producto tiene que acompañar eso.
En DoradoBet estamos enfocados en hacer que la experiencia móvil sea más simple, que el contenido se adapte a cada persona y que el jugador sienta que la plataforma “conversa” con él.
No se trata solo de ofrecer más juegos, sino de que cada usuario sienta que el producto se ajusta a su forma de jugar. El reto es construir una experiencia que evolucione con el jugador, no al revés.
IGF: Con el avance acelerado de la inteligencia artificial y la analítica predictiva, ¿cómo ves que estas tecnologías transformarán la experiencia y la retención de los jugadores en el iGaming?
RR: La inteligencia artificial está cambiando todo. Hoy ya no se trata solo de mostrar lo que tenemos, sino de ofrecerle al jugador justo lo que quiere ver.
¿Tienes un equipo favorito? Entonces la IA puede mostrarte los partidos y mercados que más te interesan. ¿Te gustan los slots de frutas? La plataforma puede recomendarte otros similares, de forma natural, según lo que juegas.
Antes las estrategias de gamificación ya eran elaboradas, pero con la IA ahora todo puede ser más preciso y personalizado. Nos permite anticiparnos a lo que el jugador busca, no reaccionar después.

IGF: A medida que las regulaciones maduran en América Latina, ¿qué oportunidades o desafíos de producto prevés que surgirán para operadores como DoradoBet?
RR: Sin duda, la regulación es una oportunidad porque pone reglas claras y protege al jugador.
Eso ayuda a que la competencia sea más limpia y profesional. Pero si miramos el caso peruano, todavía hay mucho por ajustar.
La norma actual tiene vacíos y refleja que aún hay desconocimiento sobre cómo funciona realmente la industria. Lo ideal sería que la regulación fomente la innovación, no la limite.
IGF: ¿Crees que el futuro del marketing en iGaming se centrará más en el storytelling y la conexión emocional que en la promoción directa?
RR: Totalmente. Hace tiempo dejamos de vender solo un producto; hoy vendemos una experiencia.
El storytelling es ese toque que genera conexión, que hace que el jugador no solo vea una promoción, sino una historia detrás. Y eso es lo que crea una relación a largo plazo.
IGF: América Latina se está convirtiendo en una de las regiones más dinámicas del iGaming. ¿Cómo ves el papel de Perú en esa historia de crecimiento durante la próxima década?
RR: Perú tiene un papel muy interesante. Es un mercado con hábitos de juego sólidos, pero todavía con mucho espacio de crecimiento en digitalización.
Con la regulación en marcha, el país puede convertirse en un referente regional, siempre que logre equilibrar control, innovación y responsabilidad.
Además, el público peruano es curioso, tecnológico y le gusta probar nuevas experiencias, algo muy valioso para esta industria.
IGF: ¿Qué tendencias de Europa o Asia crees que influirán en los productos y estrategias de marketing de América Latina en el futuro cercano?
RR: De Europa tomaremos todo lo relacionado con responsabilidad y protección del jugador, que es clave para el crecimiento sostenible.
Y de Asia, sin duda, la creatividad: gamificación, experiencias sociales, formatos rápidos e interactivos.
Latinoamérica tiene la oportunidad de combinar lo mejor de ambos mundos: la estructura europea y la energía asiática.
IGF: ¿Cómo están adaptando la experiencia de casino a nuevos públicos, como los jugadores más jóvenes o los que vienen del entorno móvil?
RR: La clave está en hacerlo más visual, más ágil y más interactivo. El jugador joven viene de entornos como redes sociales o videojuegos, donde todo pasa rápido y hay recompensas inmediatas.
Por eso, los casinos están cambiando su diseño: interfaces limpias, progresos visibles, logros y animaciones que mantengan la atención. Además, los juegos en vivo ya no se sienten solo como “juego de mesa”, sino como shows en directo, lo que hace que la experiencia sea más entretenida y social.
IGF: ¿Cómo se puede innovar en mercados tradicionales como el fútbol sin perder de vista deportes emergentes o eSports?
RR: El fútbol siempre será el corazón del sportsbook, especialmente en Latinoamérica.
Pero hoy la innovación está en cómo se vive la apuesta, no solo en qué se apuesta.
Podemos crear retos dentro de los partidos, misiones semanales, contenido social… cosas que hagan que el jugador se sienta parte del evento. Y al mismo tiempo, los eSports y deportes emergentes están creciendo rápido con públicos más jóvenes.
La clave no es reemplazar, sino convivir con nuevas formas de entretenimiento.
IGF: Mirando hacia 2030, ¿qué crees que definirá a una plataforma de apuestas deportivas o casino realmente competitiva en América Latina?
RR: La diferencia estará en cómo combinen tecnología, personalización y propósito.
Una plataforma competitiva no será solo la que tenga más juegos, sino la que entienda mejor a su jugador, comunique con transparencia y ofrezca una experiencia fluida, segura y responsable.
El futuro del iGaming en la región será de las marcas que logren equilibrar innovación con confianza.
Notas del editor:
En un ecosistema cada vez más competitivo y regulado, DoradoBet se propone liderar la evolución del iGaming en Perú apostando por la personalización, la tecnología y la experiencia del usuario como pilares estratégicos.
Para Ricardo Horna Rivero, entender al jugador y anticiparse a sus expectativas será lo que diferencie a los operadores que prosperen en la próxima década. Con la regulación como marco y la innovación como motor, el mercado peruano tiene la oportunidad de convertirse en un referente regional si logra equilibrar crecimiento, responsabilidad y creatividad.
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